May 12, 2012

Del deseo y la realidad.


La música es mi latido de vida. Es la sangre que se agolpa en los ventriculos, dictando un bombo en negras que cada vez golpea mas fuerte. Cantar es ser libre, el violin es ser angel, el bajo el mismo diablo, el saxo es ser sirena maldita.

A las cuerdas vocales las discipliné para decir las noticias, les negué la melodía y solo le dejé las terceras para algun coro ocasional, susurrado en soledad.
Las alas del violin se las puse a otro santo que habia perdido las propias, y es de lo unico que me siento orgullosa al desvestirme de mis instrumentos.
El bajo, es una seduccion constante. Es coquetear con el diablo, es seducir y recordar al olvido.
Y nunca voy a dejar de hipnotizar mentes, soplando un fa resonante en los oídos de quienes amo.


Los dibujos se me salen por los poros. Las ganas de acuarelar una A3, de abrir mi caja de lapices B, HB de todos los grosores posibles. La necesidad que tengo desde hace semanas, meses, años, de correr a una libreria artistica y volver a comprar mi maletin de lapices de colores, ordenados por tono, que nadie debía alterar so pena de muerte.

Pero el polvo de la acuarela seca se va desintegrando, los lapices negros se usan para hacer cuentas de dinero para llegar a fin de mes, los de colores hace años que quedaron pequeños y se fueron perdiendo... y los dibujos se convirtieron en tatuajes.

Y no reniego de ellos, solo extraño las epocas en donde podia convertirme en un ser artistico, sin tiempos, sin compromisos, sin culpas.

Pintar en lienzos color piel, pasar y repasar el sombreado en carbonilla de un potrillo correteando por un campo pringlense, volcar los miedos en un papel con ojos rojo infierno.

Extraño la que era.
Extraño la que quería ser.
Extraño en la que podía convertirme.

Ahora todo es mas complejo y la magia perdió su efectividad. Hay una carga muy pesada en las manos, como para simplemente chasquear los dedos y que las cosas sucedan.
We got lost in translation.

Quisiera, sin embargo, encontrar algo para reemplazar ese vacío de magia.
Y no hablo de esos sucesos maravillosos que nos cambian la vida durante unas horas, haciendonos pensar que todo puede volver a ser hermoso y que lo que deseas, sucede. 
No. 
No hablo de esos pequeños instantes de magia absoluta que, en su ausencia, nos dejan aun mas vacios de lo que estabamos.

Hablo de algo permanente. Hablo de una consciencia estable. Hablo de negociar un estado de coma lineal, suficiente para estar vivo y poder cumplir el deber de caminar por esta era hasta que a uno le toque irse de gira.
No pretendo ser así de feliz todo el tiempo. Tampoco soy tan inocente como para pensar que eso realmente puede suceder. Pero cambio esos pocos momentos de felicidad, por no tener que pasar por ese abismo espantoso de la caida de la montaña rusa. Prefiero un riel paralelo al suelo y sin sobresaltos, que tener que pagar las hermosas estadías en la cima con capidas abruptas y dolorosas.

Un coma digno.
Un estado provisorio.
Algo indiferente, incluso.
Que la gente crea que realmente puedo, y que volví a la sana estabilidad, que nadie note el grito tortuoso de no poder ser yo.
Que nadie descubra que mi único deseo en el mundo, es una acción, un regalo, una palabra de alguien que, como yo, quiera jugarse la vida entera en un salto al vacío.


El día que alguién me segunde en patear el tablero y yo deje de reprimir quien soy solo para poder "vivir comoda el aqui y ahora"... ese día... preparense.

Ese día van a entender todo.





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